María Sánchez es la propietaria de la casa rural ‘El Valle Encantado’, en Poyales, pueblo de apenas 8 habitantes en La Rioja. Hemos hablado con ella para que nos cuente cómo es vivir en un pueblo medio abandonado y qué le llevó allí.
-¿Cómo y por qué llegaste a Poyales?
Estaba buscando un lugar para mí. Conozco España, he viajado mucho, pero La Rioja Baja no la conocía. Una vez decidí venir y me encantó. Me gustó muchísimo y vi una casita que también me encantó en un pueblo abandonado totalmente y derruido. Y ya está, me quedé y aquí estoy.
-¿Cuántas personas vivían en el pueblo?
Entonces vivían dos personas y actualmente estamos ocho.
-¿Cómo es la vida en un pueblo de ocho habitantes?
En el pueblo no hay nada, por lo que la gente tiene sus propios negocios fuera. Nos vemos poco, pero cuando nos vemos sí tenemos buena relación.
-¿Tus vecinos son gente joven, gente mayor…?
Pues somos todos de la misma edad, rondamos entre los cuarenta y pico y los cincuenta y pico años, a excepción de dos personas que superan los 60 y que son los únicos originarios del pueblo.
-¿Por qué montar una casa rural? ¿Era esa tu idea desde el principio?
Mi idea era tener una casita rural y la mejor forma de conseguirlo, según la vida que yo quería llevar, era tener una casita en el campo con animales…
-¿Antes vivías en una ciudad o en un pueblo?
Vivía en Madrid. Rompí con todo y se acabó. Yo tenía la idea desde hace mucho tiempo de vivir en el campo, con o sin casa rural, pero nunca piensas que puede llegar. El trabajo, la familia… todo eso te ata. Pero llegó un momento en que pude, tuve esa oportunidad y me lancé. Y aquí llevo ya siete años.
-¿Echas de menos la ciudad?
Suele ir una vez al mes para ver a la familia, pero vamos, estoy dos días y me vuelvo. No tengo intención de volver, ni a Madrid ni a ninguna ciudad.
-Las ventajas de vivir en un pueblo tan pequeño son vivir en la naturaleza, la tranquilidad… pero también habrá algún inconveniente. ¿Qué es lo peor de vivir en el campo?
Lo peor es no tener nada que hace y que te aburras. Como te aburras en un sitio como este, no aguantas, no puedes vivir aquí. Otra cosa es que tú hayas decidido vivir esta vida inactiva, de no hacer nada, entonces estás en la gloria. Para las personas a las que les gusta estar siempre haciendo algo es difícil. Y tiene que asumir los inviernos y la soledad. Todo esto te tiene que gustar, sino no puedes vivir en un sitio como este.
-¿En que circunstancias está Poyales ahora?
El pueblo estaba en ruinas, en un estado salvaje. Imagínate, el pueblo ha estado 40 años prácticamente abandonado. Cuando llegué era todo una ruina, pero ahora se han rehabilitado, aparte de mi casa, cuatro casas más. Y aparte de esas cuatro, hay otras cuatro casas más rehabilitadas que utilizan en fines de semana o en verano. Cuando yo llegué y empecé a rehabilitar la casa para convertirla en una casa rural, aquí no teníamos nada. No había ni agua, ni luz, ni teléfono, ni internet, nada. Estuve un año, ya en funcionamiento la casa rural, teniendo que ir a otro pueblo a recoger las llamadas. Fue durísimo. Me tuve que pelear con Telefónica, con el Ayuntamiento, con los de internet, con todos, pero al final lo conseguí. Me pusieron una antena parabólica que me salvó la vida, luego vino internet…
-¿Qué es lo que más les gusta de la zona a los que se hospedan en la casa rural?
La verdad es que la casa les encanta. No tiene grandes lujos, es una casa sencilla, pero especial. Gusta porque se conservó tal y como estaba y eso es importante. También tenemos un jardín muy bonito que en verano está espectacular. Los niños no tienen peligro de nada. También estamos en plena ruta de los dinosaurios con cantidad de yacimientos, lo cual es un atractivo muy interesante para niños y mayores.
Página web de la casa rural ‘El Valle Encantado’, blog de la casa con muchos vídeos y fotos, y Facebook.
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